En esta segunda UF, hemos analizados distintas actividades.
Ejemplo 1
Es un ejercicio tradicional de completar frases con las formas correctas de los verbos ser, estar y haber.
No se trata
de una tarea de caracter pedagógico, sino de una actividad descontextualizada.
Ejemplo 2
Se trata de una tarea de contenido gramatical: los verbos haber, ser
y estar y los artículos determinados e indeterminados. El nivel de los alumnos es inicial. La tarea implica distintas destrezas y esté destinada a alumnos jóvenes y adultos que pueden trabajar individualmente o en grupos de dos o más personas. Se requiere una preparación de 15 minutos. El material necesario son las mochilas de tres estudiantes
con objetos personales y fotocopias. La duración prevista de la actividad en clase es de 60 a 80
minutos.
Creo que en
este caso nos encontramos delante de una tarea pedagógica que tiene como
objetivo final la práctica y asimilación de unos elementos gramaticales (verbos
y artículos). Las actividades a través de las cuales se quiere conseguir el
aprendizaje de las formas verbales me parecen adecuadas, indirectamente
relacionadas con las tareas de la vida real y las necesidades del alumno. La
división en distintos pasos que gradualmente llevan al alumno a utilizar
estructuras útiles, el recurso a la afectividad (objetos de las mochilas de los
alumnos, descripción de un objeto especial), la reflexión gramatical que parte
de la práctica de la lengua son elementos positivos. Sin embargo, la situación
no deja de ser bastante artificial (¿quién se pone a describir el contenido de
una mochila?) y el tiempo a disposición (60?80?) para todas las actividades muy
breve.
Reflexione
sobre los ejemplos que ha visto y escriba algunas razones para llevar tareas al
aula.
Creo que a
la base de la elección de cualquier tarea debe haber un análisis de las
necesidades de los alumnos: la tarea debe ser para ellos relevante, útil,
interesante, motivante. Además, la tarea debe suponer una dificultad, un
desafío proporcionado a las capacidades de los alumnos. Éstos deben poder
enfrentarse a la tarea, movilizando distintas competencias (generales y
comunicativas), mediante el uso de estrategias elegidas por el alumno mismo. Es
importante que el alumno reflexione sobre su aprendizaje y sea cosciente de las
estrategias elegidas en cada una de las fases de realización de la tarea
(planificación, ejecución, evaluación y control, y reparación). Probablemente,
las tareas más eficaces serán las que permiten llegar a un mismo resultado
final empleando las estrategias más variadas, para alumnos con diferentes
estilos de aprendizaje.
Así es, Lilia, por eso llevamos tareas al aula. Como bien dices, solo si se realizan de forma reflexiva y consciente en sus diferentes fases, tendrá lugar el aprendizaje.
RispondiEliminaUn saludo,
Pilar