He
leído las experiencias de mis compañeros de curso, todas tan distintas, tanto
como alumnos como en calidad de profesores, pero todos unidos por un único
objetivo: acercarnos a la docencia de una lengua extranjera de una forma
profesional, siendo responsables de lo que estamos haciendo.
Gracias María del Pilar por felicitarme. Es cierto, soy
autodidacta. Ahora es fácil echar la vista atrás y ver que lo que hice no fue
tan desastroso, incluso fue muy creativo y estimulante, ya que me inventé una
profesión sin que nadie me impusiera una determinada conducta. Como nativa
italiana, empecé a dar clases de lengua italiana como si de un juego se tratara,
pero enseguida me dí cuenta de que no podía hacerlo si no tenía la preparación
adecuada. Me hubiera gustado tener una preparación académica específica y
también me hubiera encantado encontrar desde el primer día cursos como los del
Instituto Cervantes. Me hubiera ahorrado tiempo y esfuerzos. Habría podido identificar
de forma consciente lo que solo intuía y ponerlo en práctica con método.
Quiero
ahora darles las gracias a mis antiguos profesores de inglés del British
Institute de Bolonia, porque, para imitarlos, tuve que ponerme a estudiar muchas
cosas. Fueron “mi punto de partida” a nivel más o menos consciente y de ellos
aprendí que estudiar idiomas podía ser una experiencia completa, que activaba
mis cinco sentidos. Algo muy diferente de lo que había conocido en el
Instituto. Es decir, me enseñaron que se pueden cambiar las cosas.
Nessun commento:
Posta un commento