domenica 7 ottobre 2012

Reflexiones acerca de las ventajas e inconvenientes de la práctica funcional.

 
Muchas son las ventajas de esta nueva metodología que he ido observando durante mi labor docente.

En mi opinión, la primera ventaja es que esta metodología responde mucho mejor a las necesidades reales de los alumnos. Si centramos nuestro trabajo docente en el aprendizaje del alumno y en sus reales necesidades, nos damos cuenta de que el alumno en general necesita “aprender a hacer” una serie de cosas en otro idioma, para integrarse en el país en el cual ese idioma se habla. Para ello, necesita saber elegir la mejor estrategia comunicativa que le permita  alcanzar su objetivo. En mi caso, mis alumnos son en gran mayoría universitarios entre 19 y 24 años. Necesitan saber, según la situación en la que se encuentren, cuáles son exponentes más adecuados para, por ej., dirigirse a un amigo para pedirle un favor, presentarse a un profesor de la Facultad donde irán a estudiar, ligar con una chica/o italiano/a, etc. Y, muy importante, esta centralidad del alumno hace que se sienta mucho más motivado.

En segundo lugar, esta perspectiva acerca a los alumnos a las culturas extranjeras y hace que se sientan mejor, más integrados en el país donde tendrán que vivir. La lengua que quieren aprender primero es la lengua real, en los diferentes registros (de más a menos formal), para no sentirse diferentes de los demás. Quieren entender las reacciones (no solo las palabras) de las personas de otra cultura, para que no surjan malentendidos.

En tercer lugar, esta metodología se adapta mucho mejor para ser utilizada con alumnos de distinta edad, nacionalid y estudios realizados. Yo trabajo solo con alumnos españoles, pero no todos ellos tienen conocimientos gramaticales o lo tienen muy olvidados. Abordar el estudio de una lengua desde sus estructuras gramaticales crearía un rechazo en muchos de ellos.

Finalmente, el resultado es sin duda una mayor fluidez y espontaneidad a la hora de interactuar en otro idioma.

Desventajas. He conocido a lo largo de mi labor como docente algunos casos de personas que no se adaptaban a esta forma de aprendizaje. Algunos me decían que requiere mucho tiempo para producir poco resultado. Preferían estudiar por su cuenta una gramatica italiana en pocos meses. El resultado era absolutamente deficiente. Estos alumnos, al finalizar su estudio, o no podían articular palabra en el otro idioma o si lo hacían eran tan lentos e inadecuados que... puedo afirmar que ellos sí, habían perdido el tiempo.

Otros se encontraban a disgusto con las actividades de simulación y los juegos que no iban con su forma de ser. Normalmente, al ver los resultados positivos, muchos perdían la verguenza y empezaban a participar.

Otros, y este el el problema mayor con estudiantes españoles, no se motivan tanto, cuando la actividad es poco compleja (para un hispano-hablante el italiano es relativamente fácil de entender)  y además en lugar de esforzarse, se divierten a inventar palabras (basta añadir la terminación –ini a una palabra española!!!!). Así, las estadísticas nos dicen que los hispano-hablantes sono el colectivo que peor se expresa en italiano.  ¿Qué se puede hacer en estos casos?

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